Un marinero llamado George M. Dodge, contó la historia de como, un 13 de Agosto, tras llegar a Londres desde China a bordo del barco de vapor Glenorchy, encontró a un cocinero malayo llamado Alaska en el Queen's music hall Poplar. El malayo le contó como una mujer de la ciudad le había robado todo su dinero y dijo que como no la encontrase, mataría y mutilaría a cada mujer que encontrara en Whitechapel. El malayo fue descrito como de 5 pies y 7 pulgadas de alto, 35 años de edad y un peso oscilante entre los 65 y 70 kilos. Dodge dijo que el malayo vivió en una calle cercana del East India Dock Road, aunque no reveló exactamente donde hasta que comprobase si habían ofrecido alguna recompensa. Enviaron detectives para pedir informes a la compañía de buques de vapor Glen Line, aunque no pudieron encontrar ningún rastro del hombre.
Mr. Wood, el gerente del Queen's music hall, donde Dodge afirmó haber encontrado a Alaska, dijo que no había oído nada del supuesto robo al malayo. Axel Welin, secretario de la casa de la templanza para marineros escandinavos, West India Docks, la cual era muy popular entre los marineros extranjeros, buscó entre los libros, pero no pudo encontrar ningún rastro ni de Dodge ni del malayo. Mr. Freeman, el director y superintendente de la casa asiática, dijo que él había estado en la casa durante treinta años y nunca había oído hablar sobre un malayo llamado Alaska. Los periódicos parecieron ser de la opinión de que la historia no era más que una historia inventada entre los marineros.
Mr. Wood, el gerente del Queen's music hall, donde Dodge afirmó haber encontrado a Alaska, dijo que no había oído nada del supuesto robo al malayo. Axel Welin, secretario de la casa de la templanza para marineros escandinavos, West India Docks, la cual era muy popular entre los marineros extranjeros, buscó entre los libros, pero no pudo encontrar ningún rastro ni de Dodge ni del malayo. Mr. Freeman, el director y superintendente de la casa asiática, dijo que él había estado en la casa durante treinta años y nunca había oído hablar sobre un malayo llamado Alaska. Los periódicos parecieron ser de la opinión de que la historia no era más que una historia inventada entre los marineros.